En un mundo donde los fenómenos disruptivos han aumentado un 200% en los últimos cinco años, las organizaciones enfrentan una transformación sin precedentes en la gestión del talento. La realidad es contundente: para 2027, el 44% de las habilidades actuales se volverán obsoletas debido a que la tecnología avanza más rápido que nuestra capacidad para adaptarnos.
"La decisión de empleabilidad ya no es como antes. No es la empresa seleccionando a un banco de talento, sino el talento seleccionando a la empresa dentro de un banco de expectativas", señala Isabel Martínez de Galileo/Ben & Frank. Esta inversión de poder ha generado una brecha significativa: 74% de los colaboradores experimentan una desconexión entre sus expectativas y la realidad organizacional.
El panorama es crítico para todas las industrias. El World Economic Forum proyecta que 85 millones de empleos serán desplazados mientras se crean 97 millones de nuevos roles para 2025. Ante este escenario, solo 20% de los líderes se sienten preparados para enfrentar estos cambios, independientemente del sector en que operen.
La respuesta estratégica requiere una evolución fundamental de los departamentos de Recursos Humanos. Como señala el estudio de Accenture, el CHRO debe convertirse en un "ejecutivo de crecimiento", implementando modelos operativos que prioricen la experiencia del empleado, las herramientas de voz y el empoderamiento de la primera línea.
El reskilling emerge como estrategia crucial. Según McKinsey, las empresas que implementan programas efectivos de actualización de habilidades reportan un 24% mayor retención de talento. Sin embargo, el 64% de colaboradores considera que su organización no ha sabido adaptar su oferta a sus necesidades actuales.
Esta brecha se manifiesta en diferentes prioridades generacionales. Mientras las generaciones Z e Y priorizan el desarrollo profesional, la generación X busca equilibrio vida-trabajo. Como afirma Cristina Menchaca: "Para evitar la repetición de errores, necesitamos apalancarnos de las fortalezas de la diversidad generacional; ahí radica el conocimiento colectivo".
Las habilidades críticas para el futuro combinan lo técnico con lo humano. El WEF señala cinco competencias fundamentales: pensamiento crítico, creatividad, resiliencia, flexibilidad y aprendizaje continuo. En el ámbito técnico, la analítica avanzada, la automatización inteligente y las tecnologías digitales son prioritarias en todos los sectores.
El trabajador del futuro operará en un entorno donde, según Microsoft, el 60% de los trabajos serán colaborativos entre humanos y máquinas. La personalización será clave: el 65% de mujeres líderes cambiarían de empresa por opciones adaptadas a sus necesidades específicas.
"Uno de los principales desafíos para los líderes es entender el poder de la cultura y dirigirla hacia un futuro donde sea parte integral de las decisiones estratégicas", concluye Andrea Rodríguez de Liverpool.
La revolución de las habilidades no espera. Ante un mundo donde la única constante es el cambio, la preparación continua no es una opción, sino nuestra ventaja competitiva. La invitación es clara: evalúa tus competencias actuales, identifica las brechas críticas y desarrolla una estrategia personal de aprendizaje continuo. Las organizaciones que hagan del desarrollo constante su bandera no solo sobrevivirán a la disrupción—la liderarán.
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Escrito por Pablo A. Torres en colaboración con BTC – Consejos Consultivos Empresariales. Para mayor información www.expertbtc.com o expertos@expertbtc.com.